Saltar al contenido

Nayra Ginory

Ha culminado ya la primera semana del NaNowrimo, el reto anual de escribir una novela durante un mes.

Conozco esta iniciativa desde hace años, y solo me he apuntado (creo) una vez, sin conseguir alcanzar (ni de lejos) el reto de 50.000 palabras.

Sin embargo, cada año veo en redes sociales a los participantes, cómo se desean ánimos, como viven el reto como una fiesta, cómo algunos lo consiguen y otros no... Sin que eso importa. Porque lo que realmente importa es crear el hábito de escribir cada día, hacerlo durante el mes de noviembre e intentar luego incorporarlo en el día a día hasta conseguir al final que escribir algo (lo que sea) sea más natural que no hacerlo.

Y justo ahora, que estoy en un tremendo boom escrituril gracias a haber terminado de escribir por fin El sabor de las manzanas rojas, y me embarco con enorme ilusión y ganas en escribir la que será la segunda parte, parece el momento ideal para apuntarme de nuevo NaNoWrimo, no como un reto, pero sí como una intención.

Y ahora que, como decía antes, ha terminado la primera semana me gustataría hacer balance de cómo ha ido.

Día 1 de noviembre:

A pesar de que hoy era el día para empezar a escribir como una loca, no lo he hecho. En vez de eso, he terminado de escaletar mi nueva novela Negro como el ébano, rojo como la sangre, a la vez que planificaba el desafío del NaNoWrimo. No he sumado palabras a mi desafío, pero sí que tengo ya muy claro lo que tengo que sentarme a escribir. He aprovechado también el escaletado de la novela para revisar incongruencias con respecto a ESDLMR, que está en proceso de edición y maquinación para publicar próximamente en Amazon. Por otro lado, tras consultar mi horario de trabajo de este mes, y sabiendo que por los turnos largos que hago no podré escribir la mayoría de los días que trabajo, me he dado cuenta de que cuento con 16 días libres para escribir, en vez de 30. Siendo así, el objetivo de 50.000 palabras se me antoja bastante inaudible, por lo que me he puesto el más realista de 30.000 palabras. Contenta con el resultado de hoy, pero aún no he escrito nada, sé que mi objetivo está en escribir unas 1875 palabras por día. ¡Vamos allá!

Día 2 de noviembre :

Hoy he tenido todo el día libre para escribir, y he podido hacer una sesión de escritura por la mañana y otra por la tarde. He ultimado la reescritura de los capítulos 1 y 2 y he iniciado la escritura del 3, con un saldo de 1914 palabras escritas. Hoy también gané mis dos primeras insignias en el NaNoWrimo, una por actualizar por primera vez mi progreso y otra por escribir más de 1667 palabras en un solo día. Me quedan 28.086 palabras por escribir y 15 días para hacerlo. Vamos bien.

Día 3 de noviembre:

Hoy también he podido escribir, y me he sentido genial haciéndolo. He terminado de escribir el capítulo 3, y tuve un subidón muy fuerte al echar al mundo una escena violenta y de bastante carga emocional, que tendrá bastante peso en la trama. Luego, aún tuve tiempo de empezar a esbozar el capítulo 4. He conseguido otra insignia, hoy por actualizar más de una vez mi progreso en el mismo día. He escrito hoy 2022 palabras, con lo que me quedan 26064 palabras en 14 días.

Día 4 de noviembre:

Hoy he tenido turno en el hospital y no he podido escribir. Como trabajo a turnos de doce horas, cuando llego a casa lo hago cansada y con ganas de cenar, ver la tele y acostarme. No sumo palabras, pero no pasa nada, está dentro del plan. A dormir, que queda mucha semana por delante.

Día 5 de noviembre:

Hoy no ha sido un buen día. Me siento extrañamente cansada, a pesar de que anoche dormí muy bien, y a mediodía me empezó una jaqueca que me acompañó hasta el final del día. Aún así he podido escribir 2186 palabras, he terminado el capítulo 4 y empezado el 5. Ya llevo 6122 palabras en total, con lo que he conseguido otra insignia (por superar las 5000 palabras), y estoy súper contenta porque estoy superando mi objetivo de palabras por día. Me quedan 23878 palabras en 13 días. Voy por encima de lo previsto.

Día 6 de noviembre:

Hoy también trabajé. Ha sido un día raro en el trabajo, y ya venía cansada de la jaqueca de ayer. Creo que esta semana tengo un poco de astenia otoñal (si tal cosa existe) o quizás es que me estoy adaptando al horario de invierno. En todo caso, no tenía previsto escribir hoy, así que...

Día 7 de noviembre:

Hoy tampoco se supone que debía haber escrito nada, porque también tenía turno en el hospital, pero sin saber muy bien cómo pude echarle un ratito al teclado, seguir con el capítulo 5 y echar 1980 palabras más al desafío. Ya llevo 8102 palabras escritas en total.

La verdad es que no podría estar más contenta con el resultado de esta semana. He escrito de media de 2025 palabras en cada sesión de escritura de esta semana. Me he demostrado a mí misma que puedo escribir si me lo propongo, aunque trabaje, aunque no me encuentre al 100%, que solo tengo que tener inspiración y ganas de trabajar. Con el deseo de que no se me acabe ni una cosa ni la otra, me embarco en la segunda semana del desafío. Os seguiré contando mis progresos por aquí.

1

Suelo decir que no me gusta tener en cuenta las fechas, que no te recuerdo más o menos porque un día en concreto esté relacionado con tu vida, pero la verdad es que últimamente, cuando se cumplen tanto el día de tu llegada al mundo como el de tu marcha, te tengo especialmente presente. Quizás es porque este es un año especial, ya que hoy hace justo 10 años que te moriste. A lo mejor, me fijo en las fechas más de lo que me gusta admitir. 

Quiero que sepas que en ocasiones sueño contigo, pero nunca de cuando estabas enferma. En mis sueños siempre estás bien y se te ve muy guapa, y yo ni siquiera sé que estás muerta. En mis sueños solo eres mi hermana otra vez y a veces ni te hago mucho caso. Pero no me lo tengas en cuenta, que cuando estabas viva tú a veces también pasabas un poco de mí.

Cuando estoy despierta a veces recuerdo los peores momentos. Recuerdo cuando estabas mala y cuando lo pasabas mal. Y últimamente recuerdo mucho el día que te moriste. No te lo tomes a mal, que no lo digo como algo malo. Si de algo en el mundo estoy orgullosa es de haberte ayudado a morir bien, en tu propia cama, tranquila y sin dolor; y de haber elegido un vestido con muchos colores para que estuvieras bien guapa en tu ataúd, que sé que a ti nunca te gustó mucho eso de vestir de oscuro. Y si de algo estoy agradecida, es de haberte tenido como hermana, aunque te fueras tan prontito. 

Es que eras una tía de puta madre. Con una sonrisa, un par de halagos y un gesto ya los tenías a todos en el bolsillo, porque persona más simpática que tú no he conocido jamás. Eras muy graciosa y tenías una risa contagiosa. Y eras capaz de tocarte la nariz con la punta de la lengua, tu payasada favorita. Aprendí, ademas, mucho de ti: el valor de la inocencia, de ver siempre lo mejor de los demás, de valorar a cada persona y no burlarme nunca de los defectos ajenos. Y sobre todo que lo más importante no es llegar más alto que los demás, sino todo lo alto que tú puedas esforzándote al máximo.

Han pasado muchas cosas en estos diez años que me habría gustado que supieras. Deberías ver a nuestra sobrina Carmen, aquella que te empeñaste que nombráramos igual que a ti. Ya es más alta de lo que tú lo eras y pronto será más alta de lo que yo lo soy, y solo tiene diez años. Y es lista, tía. Súper lista. Pero también es un poco maniática y lenta como una tortuga igual que tú. También me hubiera encantado que conocerías a Ana, que es pizpireta, simpática e independiente. En eso se parece a ti tanto como a mí. Y te perdiste mi boda, y ver a tu hermana casarse con un vestido rosa. Así en plan princesa.

Que sepas que las Spice Girls volvieron a hacer un tour el año pasado. Operación triunfo y concursos del estilo siguen existiendo. David Bisbal aún canta y yo sigo sin poder escuchar a Laura Pausini sin acordarme de ti. Harry Potter ganó y se cargó a Voldemort, y aún no ha salido la secuela de Avatar, que fue la última película que vimos juntas en el cine. Te hubiera encantado la serie Jane, the Virgin, y la nueva trilogía de StarWars, porque las protagonistas son chicas guapas y fuertes, como a ti te molan. Seguro que hubieras insultado a Donal Trump cada vez que lo vieras en la tele y te habrías cabreado muchísimo con todo esto del confinamiento. «Este coronavirus me tiene harta», te imagino diciendo, cansada de estar tanto tiempo metida en casa. 

Te imagino a veces cantado, que tanto te gustaba, y bailando, que siempre lo hiciste tan bien. Recuerdo tus ojos, enormes, y la marca que la varicela te dejó en la frente. Recuerdo tu barbilla menudita y tu cabello casi negro. Recuerdo que siempre querías ser el centro de atención y que casi siempre lo conseguías. Y que eso a veces me enfadaba un poquito. Recuerdo lo presumida que eras, y lo bien que te quedaban los vestidos. Recuerdo que tus últimas palabras me las dijiste a mí, y que en ese momento no supe entenderlas. Y recuerdo cuando decías que eras especial, y que a veces lo decías como si eso fuera algo malo. No lo era. Eras especial. Y eras única. Y yo no te habría podido querer más de lo que te quise si hubieras sido de cualquier otra manera. 

También quiero que sepas que estoy bien. Y que soy feliz, que eso siempre te preocupó mucho. Que aunque a veces llore un poquito cuando me acuerdo de ti no pasa nada, porque la mayoría de las veces, me acuerdo de ti sonriendo. Que cuido de mamá y de papá por ti y me preocupo de que la familia siga unida y sin enfados entre nosotros, que no soportabas vernos discutir. Que no estoy enfadada contigo por haberte ido tan prontito. Y que fuiste fuerte y valiente, como esas heroínas de las películas a las que tanto admirabas. Y preciosa, siempre fuiste preciosa, aun cuando no pensabas eso de ti misma. Y precioso es también el recuerdo que siempre tendré de ti. 

Yo no creo en el cielo, pero seguro que estoy equivocada porque tú dijiste que hacía allí te ibas. Así que quédate ahí bien tranquilita, que por aquí abajo estamos bien. 

Tu hermana, que te quiere

No sé a vosotros, pero tras tres semanas de confinamiento este se ha convertido en una nueva rutina para mí, lo cual no sé si es malo o bueno teniendo en cuenta que en España nos esperan al menos tres semanas más.

También es cierto que yo no he estado este tiempo exclusivamente en casa. Como enfermera que soy, mi rutina laboral ha seguido más o menos igual, lo que me permite salir, relacionarme con mis compañeros, etc. Solo estuve encerrada diez días por una sospecha de Covid (que quedó en nada).

Si eres uno de esos afortunados seres humanos que no comparten el confinamiento con niños, y empiezas a aburrirte del binge watching en Netflix, o crees que no puedes soportar tres semanas más de encierro, esto es lo que puedes hacer:

Céntrate en algo:

photo-of-woman-using-her-laptop-935756

¿Cuántas veces hemos dicho eso de: ojalá tuviera tiempo para…? Pues ahora lo tienes. Aprovéchalo. Sea algún bricolaje en casa que llevas teniendo un tiempo pendiente, sea leer la saga completa de Geralt de Rivia, sea retomar un hobby que llevaba un tiempo abandonado… hazlo. Yo, personalmente le estoy dando a la tecla más que nunca, lo cual me ha ayudado a despejarme y centrarme en algo que no sea la situación actual.

No veas las noticias:

Foto de cottonbroO al menos, no las veas todo el rato. Sé que es un consejo un tanto manido, y que las noticias ya no son tan catastrofistas como al principio de la epidemia, pero ver cómo el recuento de infectados y fallecidos sigue creciendo o las imágenes de los hospitales de campaña, pueden seguir siendo agobiantes. Si quieres estar informado, dedícale un tiempo cada día para ver las noticias. O escucharlas, que la radio es generalmente más sosegada y no nos deja con inquietantes imágenes en las retinas. Yo, personalmente, escucho cada mañana el podcast de La Cafetera, un programa con noticias nacionales e internaciones muy sosegado y tranquilo, perfecto para informarte sin que te de un ataque de estrés, y leo el boletín que envía ElDiario.es con información sobre el Covid actualizada y de calidad, mientras que prefiero no ver los telediarios. Elegir bien de qué medios te informas te ayudará a evitar alarmismos. Lo que nos lleva al siguiente consejo.

Bloquea y detecta los bulos por WhatsApp:

apple-iphone-app-iphone-6-46924

Menos que al principio, pero mucha gente sigue reenviando noticias catastróficas, medias verdades o directamente bulos. Hasta hay quien ha decidido desinstalarse el WhatsApp por unos días o ha bloqueado a algún amigo o conocido. Yo misma he hecho esto último. No temas tomar medidas drásticas, como salir de algún grupo o bloquear a alguien que te manda continuamente información, verídica o no, que te pone de los nervios. Y procura poner tu granito de arena al respecto: no reenvíes audios o información cuya fuente desconoces o que te suenen sospechosos y piensa siempre si lo que vas a reenviar tiene un valor informativo real, y si va a ser de utilidad a la persona a la que se lo envías o solo va a contribuir a aumentar su ansiedad. Sé considerado, empático y respetuoso.

Haz ejercicio:

woman-doing-yoga-pose-on-pink-yoga-mat-374589

No voy a ser yo la que haga un mundo por coger una kilitos debido a la inactividad, ni que aconseje hacerse una sesión de crossfit en el salón. Este consejo no tiene nada que ver ni con la gordofobia imperante ni con el culto al cuerpo, sino simple y llanamente con la salud física y mental.

Si eres una persona activa ya habrás buscado la manera de seguir haciendo algún tipo de ejercicio en casa. Pero si no lo eres, quizás pienses que no te hace falta, ya que nunca lo has hecho antes. La diferencia es que ahora no nos desplazamos al trabajo, ni damos un paseo por el centro comercial y esa falta total de actividad, unida al hecho de estar entre cuatro paredes 24/7 puede empezar a generarte problemas de ansiedad, dolores de espalda, etc.

Hay muchas actividades que puedes hacer con un espacio mínimo en tu salón. Unos sencillos estiramientos diarios, o algo de yoga, pilates o meditación. Hay muy buenos canales de YouTube sobre esos temas. Mi preferido desde hace años es Yoga with Adriene.

Pasa más tiempo contigo mismo, y con los demás:

man-and-woman-sitting-on-the-floor-reading-book-3967013

¿Estás pasando la cuarentena acompañado? Genial. La compañía (la buena compañía, se entiende) siempre es bienvenida. Sea tu pareja, un familiar… aprovecha el tiempo extra para hacer cosas juntos, que habitualmente las rutinas diarias no os dejarían hacer. Sentarse con una copa y charlar puede ser un ejercicio enriquecedor para reconectar con tu pareja. Jugad a algún juego juntos, descubrid alguna serie que todos queráis ver, compartid los momentos de actividad física si el espacio lo permite.

Tampoco olvides el espacio propio. Permite que las personas que viven contigo puedan disponer de un tiempo a solas, y exige el tuyo cuando lo necesites. La compañía (incluso la buena compañía) puede llegar a agobiar.

Y tanto si estás solo como acompañado, aprovecha para volver a reconectar contigo mismo. Sentarse con una taza caliente entre las manos y pensar es una actividad que hemos ido perdiendo, pero que debería seguir presente en nuestras vidas. Aprovecha el parón para pensar en ti, en cómo te sientes, en qué quieres…

Sé también indulgente contigo mismo, y date los placeres que el cuerpo te pida, sea una riquísima y grasienta pizza de cuatro quesos o una sesión con tu Satisfyer. Mantenernos satisfechos es también mantenernos sanos.

Descubre cosas nuevas:

adult-blur-book-business-287336

Se hicieron muchas bromas al principio de la cuarentena con el aluvión de oferta cultural que nos cayó a los consumidores de repente: el circo del sol, ópera gratis, conciertos en vivo en instagram, libros para descarga… Pero es que realmente es el momento adecuado para disfrutar de esas cosas. Lo que yo aconsejo es aprovechar para descubrir cosas que ya existían antes de la cuarentena y que se puede convertir en nuevas aficiones una vez la hayamos acabado.

Los podcasts, por ejemplo, son un gran entretenimiento para dentro y fuera de casa. Suelo recomendar:

Aprovecha también para leer gratis.Todos sabemos que las grandes editoriales están poniendo lecturas para descarga gratuitas, pero también otras menos conocidas.  Ediciones Babylon ha puesto parte de su catálogo de ebooks para descarga gratuita, entre ellos el primer volumen de A través del sexo. La escritora Marta Sanz ha escrito durante este confinamiento y puesto online el relato Sherezade en el búnker , Valdemar ofrece un relato gratuito al día en su cuenta de Twitter, Astiberri, que ha puesto el cómic La balada del norte para su descarga… Por supuesto, seguimos teniendo autores autopublicados en Amazon u otras plataformas (Nisa Arce suele poner en determinados días sus obras gratis) y siempre nos quedará Wattpad.

Lleva un diario de la cuarentena:

closeup-photo-of-journal-book-and-pencils-1018133

Parece una tontería, pero estando encerrados cada día puede confundirse con el anterior. Escribir unas líneas cada noche sobre qué has hecho ese día, cómo te has sentido o qué noticia te ha impactado más te ayudará a gestionar el paso del tiempo, organizar tu pensamiento y con el paso de los años, si lo guardas, se convertirá en un recuerdo de incalculable valor para recordar cómo fueron estos inusuales días que nos está tocando vivir.

En todo caso, no pierdas de vista lo importante: mantenerse sano y proteger a los demás con el simple hecho de quedarse en casa. Todo lo demás, carece, al final, de importancia.

 

Últimamente, he recuperado (¡por fin!) el deseo de escribir. Y no solo de escribir ficción. Sino de escribir. A secas. Cualquier cosa. Y sí, esto incluye también este blog. Una de las principales razones por las que deseé reiniciar el blog (lo que incluyó un migrado desde Blogger y la adquisición de un dominio propio) fue precisamente ayudarme a reiniciar mi escritura, que en 2018, debo confesarlo, estuvo en franco dique seco. Lo que en un principio interpreté como un bloqueo (y por tanto, empecé a tratar como tal) se desveló a final como pura y simple desgana. Y no hay fácil cura para eso.
El año pasado fue algo raro para mí. No malo, pero sí lleno de cambios, sobre todo a nivel profesional, que me han sometido a ciertos ajustes y desajustes. Y eso significa que he sido (quizás en exceso) indulgente conmigo misma y no me he exigido demasiadas cosas. Pero tras unos cuantos meses, se podría decir, ganduleando, he empezado a filosofar sobre el sentido de la vida. Esa no sé si es buena o mala señal.
Estos últimos meses he leído más de lo que he acostumbrado últimamente, pero también he perdido mucho tiempo jugando a videojuegos o viendo series. Aún queda por decidir la cuestión de qué es y qué no perder el tiempo. Creo que todos coincidimos en que leer nunca lo es, pero que no lo sea ver televisión, aunque esta sea de calidad, se abre a debate. Lo cual es interesante por sí mismo.
En todo caso, he empezado a preguntarme si «está bien» que ocupe mi tiempo libre en hacer virtualmente nada, si es «correcto» ser tan poco productiva. Dejando de lado el hecho de que ya trabajo manteniendo mi hogar en orden y también en un hospital, ganándome el sueldo con un trabajo que no solo es agotador y apasionante, sino tambien vital (literalmente) me pregunto constalmente si soy injusta conmigo por fustigarme por mi escasa productividad en mi tiempo de ocio o si es mi pleno derecho hacer nada de vez en cuando.
Y aún así, es algo que me preocupa. Quizá esa preocupación sea solo fruto de la presión que sentimos por estar continuamente haciendo cosas, siempre informados, siempre conectados, que hemos perdido la capacidad de NO HACER NADA y que nos parezca bien. Esa capacidad la tenemos todos de niños. O al menos la teníamos los niños de nuestra generación: esas tardes aburridas en las que no había nada que hacer más que pensar en las musarañas o mirar por la ventana para ver los coches pasar.
A lo mejor, todo el auge actual del mindfulness no sea otra cosa más que otra respuesta a la hiperactividad a la que somos sometidos constantemente, pero yo sigo sin estar segura de que vaciarme el coco jugando a "The Witcher" sea tan saludable como meditar.
En todo caso, supongo que dos hechos determinantes me han hecho cuestionarme todo esto: el primero, que últimamente he pasado más tiempo en casa del que estoy acostumbrada por (leves) cuestiones de salud; y en segundo lugar, mi recuperado deseo de ser (y nótese que esta palabra se ha repetido ya varias veces en la entrada) productiva.
No sé si este deseo se materializará en algo concreto, como retomar la escritura de mi segunda novela (o de cualquier otra cosa) o no. Pero por lo menos siento el deseo de hacer algo. Y eso es un inicio prometedor. Aunque no prometo abandonar "The Witcher" por el momento.

Últimamente, he recuperado (¡por fin!) el deseo de escribir. Y no solo de escribir ficción. Sino de escribir. A secas. Cualquier cosa. Y sí, esto incluye también este blog. Una de las principales razones por las que deseé reiniciar el blog (lo que incluyó un migrado desde Blogger y la adquisición de un dominio propio) fue precisamente ayudarme a reiniciar mi escritura, que en 2018, debo confesarlo, estuvo en franco dique seco. Lo que en un principio interpreté como un bloqueo (y por tanto, empecé a tratar como tal) se desveló a final como pura y simple desgana. Y no hay fácil cura para eso.
El año pasado fue algo raro para mí. No malo, pero sí lleno de cambios, sobre todo a nivel profesional, que me han sometido a ciertos ajustes y desajustes. Y eso significa que he sido (quizás en exceso) indulgente conmigo misma y no me he exigido demasiadas cosas. Pero tras unos cuantos meses, se podría decir, ganduleando, he empezado a filosofar sobre el sentido de la vida. Esa no sé si es buena o mala señal.
Estos últimos meses he leído más de lo que he acostumbrado últimamente, pero también he perdido mucho tiempo jugando a videojuegos o viendo series. Aún queda por decidir la cuestión de qué es y qué no perder el tiempo. Creo que todos coincidimos en que leer nunca lo es, pero que no lo sea ver televisión, aunque esta sea de calidad, se abre a debate. Lo cual es interesante por sí mismo.
En todo caso, he empezado a preguntarme si «está bien» que ocupe mi tiempo libre en hacer virtualmente nada, si es «correcto» ser tan poco productiva. Dejando de lado el hecho de que ya trabajo manteniendo mi hogar en orden y también en un hospital, ganándome el sueldo con un trabajo que no solo es agotador y apasionante, sino tambien vital (literalmente) me pregunto constalmente si soy injusta conmigo por fustigarme por mi escasa productividad en mi tiempo de ocio o si es mi pleno derecho hacer nada de vez en cuando.
Y aún así, es algo que me preocupa. Quizá esa preocupación sea solo fruto de la presión que sentimos por estar continuamente haciendo cosas, siempre informados, siempre conectados, que hemos perdido la capacidad de NO HACER NADA y que nos parezca bien. Esa capacidad la tenemos todos de niños. O al menos la teníamos los niños de nuestra generación: esas tardes aburridas en las que no había nada que hacer más que pensar en las musarañas o mirar por la ventana para ver los coches pasar.
A lo mejor, todo el auge actual del mindfulness no sea otra cosa más que otra respuesta a la hiperactividad a la que somos sometidos constantemente, pero yo sigo sin estar segura de que vaciarme el coco jugando a "The Witcher" sea tan saludable como meditar.
En todo caso, supongo que dos hechos determinantes me han hecho cuestionarme todo esto: el primero, que últimamente he pasado más tiempo en casa del que estoy acostumbrada por (leves) cuestiones de salud; y en segundo lugar, mi recuperado deseo de ser (y nótese que esta palabra se ha repetido ya varias veces en la entrada) productiva.
No sé si este deseo se materializará en algo concreto, como retomar la escritura de mi segunda novela (o de cualquier otra cosa) o no. Pero por lo menos siento el deseo de hacer algo. Y eso es un inicio prometedor. Aunque no prometo abandonar "The Witcher" por el momento.

Así que estás viviendo uno de esos infames y temidos bloqueos del escritor.
Surge poco a poco, soterradamente: Cada vez te cuesta más y más sentarte a escribir, dar con la palabra adecuada, dotar de coherencia a tus personajes, y escribir se convierte en un proceso lento y enojoso. Quizás te has quedado atascado en una escena, o no visualizas un diálogo, o en el proceso de escaletar tu nueva novela ves que la trama no encaja. Te enfadas  con todo y todos (especialmente contigo mismo) y dejas de escribir. 
Y de momento, no has podido continuar.

No desesperes. Del bloqueo, querido escritor, se sale. Muchas veces, solo hay que esperar un tiempo hasta que la chispa de la inspiración brilla de nuevo. Pero si quiere acelerar el proceso, o el bloqueo te genera mucha ansiedad, existen ciertos trucos que podemos usar.

Reconoce que tienes un bloqueo

Y hazlo cuanto antes. Identificar un problema es siempre la primera fase para superarlo. Negarte a ti mismo una y otra vez que estás absolutamente sobrepasado, y empeñarte en seguir dejándote los ojos en la misma página o en el parpadeo del cursor día tras día no tiene sentido.

Identifica la causa.

«¿Por qué estoy bloqueado?», debería ser la primera pregunta que nos hagamos siempre que detectemos un patrón en nuestra escritura. A veces puede ser la obra en sí, quizás la trama no va por dónde querías, no consigues transmitir la atmósfera adecuada o los personajes se sienten planos. A lo mejor, descansar un poco de la historia para verla con nueva perspectiva o incluso replantearte ciertas cosas sobre ella pueden bastar para desbloquear de nuevo tu inventiva.

Pero quizás el bloqueo viene de ti mismo. Quizás estás aterrado ante la idea de no ser lo suficientemente bueno, de defraudar a tus lectores, de no tener éxito en las metas que te pongas... En muchas menos ocasiones de las que pensamos, la procrastinación llega a nuestra vida por pura holgazanería. Casi siempre es una manera de postergar algo que tememos hacer, porque no nos creemos capaces de hacerlo o de hacerlo bien. Si es así, si esa es la causa de tu bloqueo, deja de gandulear y coge el toro por los cuernos. Sí, aunque lo que estés escribiendo no vaya a ganar nunca el premio Planeta.

Pasea. Relájate. Cambia de actividad.

Date permiso a ti mismo a descansar, despejarte y airear las ideas. Quizás la próxima vez que te sientes frente al ordenador tengas las cosas más claras.

Lee

Vuelve a redescubrir el placer de leer, en caso de que lo hayas perdido. Lee a autores cuya narrativa te gusta, que creen una ambientación parecida a aquella que estés intentando plasmar. O prueba a releer un libro que adores, no importa cuántas veces lo hayas leído antes. Disfrutar de la lectura, sin más pretensiones que la pura diversión, pueden ayudarte a redescubrir por qué empezaste a escribir en primer lugar.

Escribe

Lo que sea. Mucho o poco, siempre será mejor que nada. Si una escena te tiene bloqueado, pasa de largo y escribe otra escena. U otro capítulo. Si necesitas un descanso de tu historia, concédetelo, pero escribe algo más: un micorrrelato, un diario, un post, cartas…

Coge papel y lápiz

Sí, me has leído bien. Apaga el puñetero ordenador y coge papel y lápiz (un bolígrafo sirve para el mismo fin), siéntante en un lugar cómodo y alejado de distracciones (apaga también el puñetero móvil), sírvete un café o cualquier bebida caliente que te apetezca y empieza a escribir. La escritura manual genera en el cerebro un feedback de las acciones motoras que nos hace ser más consciente de lo que escribimos, proceso que no ocurre con la escritura en teclado. Quizás descubras que escaletar una trama o avanzar con una escena que se te resiste es mucho más fácil si lo haces en papel.

Disfruta

Parece obvio, pero la primera vez que te sentaste a escribir algo lo hiciste porque querías hacerlo, porque algo dentro de ti lo pedía a gritos. Y lo disfrutaste como un enano, aunque probablemente el resultado te resultaría vergonzante de volverlo a leer. Date el permiso a ti mismo de volver a disfrutar al escribir como aquella primera vez, de escribir lo que te apetezca sin preocuparte de nada más. Mientras más te centres en la alegría del proceso, menos te angustiará la calidad del resultado.

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar


Si no te sale ardiendo de lo más profundo de ti,

a pesar de todo,

no lo hagas.

A no ser que salga espontáneamente de tu corazón,

 de tu mente, de tu boca

 de tus entrañas,

no lo hagas.

Si tienes que sentarte durante horas

con la mirada fija en la pantalla del ordenador

o clavado en tu máquina de escribir

buscando las palabras,

no lo hagas.

Si lo haces por dinero o por fama,

no lo hagas.

Si lo haces para llevarte mujeres a la cama,

no lo hagas.

Si tienes que sentarte

y reescribirlo una y otra vez,

no lo hagas.

Si te cansa sólo pensar en hacerlo,

no lo hagas.

Si estás intentando escribir

como cualquier otro, olvídalo.

Si tienes que esperar a que salga rugiendo de ti,

espera pacientemente.

Pero si nunca llega a rugir, haz otra cosa.

Si primero tienes que leerlo a tu esposa

o a tu novia o a tu novio

o a tus padres o a cualquiera,

no estás preparado.

No seas como tantos escritores,

no seas como tantos miles de

personas que se llaman a sí mismos escritores,

no seas pesado y aburrido y pretencioso,

no te consumas en el amor propio.

Las bibliotecas del mundo

bostezan hasta dormirse

con esa gente.

No seas uno de ellos.

No lo hagas.

A no ser que salga de tu alma

como un cohete,

a no ser que quedarte quieto

pueda llevarte a la locura,

al suicidio o al asesinato,

no lo hagas.

A no ser que el sol que hay dentro de ti

esté quemando tus tripas, no lo hagas.

Cuando sea verdaderamente el momento,

si has sido elegido,

sucederá por sí solo y

seguirá sucediendo hasta que mueras

o hasta que muera en ti.

No hay otro camino.

Y nunca lo hubo.

1

Hace aproximadamente tres semanas que eliminé mi cuenta de Facebook.
Y lo digo así, con la boca bien grande. Nunca fue una red social que me gustara especialmente, y no le vi la gracia hasta que empecé a rentabilizarla como escritora, sobre todo a partir de la creación de la página de A través del sexo. Y fue también, más o menos en esa época, cuando empecé a descuidar mi blog.
Ahora puedo decir que no echo de menos Facebook. En absoluto. No añoro el icono azul de la app en mi móvil, y definitivamente, tampoco las continuas notificaciones de dicha app, que te obligaban a entrar en Facebook cada poco solo para no tener en el móvil ese enojoso icono rojo que parecía indicarte que tenías cosas pendientes por hacer. Nunca perdí mucho el tiempo en Facebook, y sin embargo, todo tiempo pasado en Facebook me parecía perdido. Tenerlo me parecía superfluo. A mis amigos y familia los tengo muy presentes en la vida real y más presentes todavía en el dichoso WhatsApp. Las noticias de sus vidas siempre he preferido recibirlas en persona, y nunca he preferido un chateo a una agradable conversación sobre unas tazas de café. El resto me parece superfluo.
El único aspecto de Facebook del que me costó desprenderme no tiene nada que ver con mi perfil personal, sino con la página de A través del sexo, que al desactivar mi perfil, ha dejado, virtualmente, de existir, y ni siquiera sé si podré recuperarla algún día si decido reactivar mi cuenta, pero también creo que esa página ya había cumplido su función, se había amortizado, y que quizás no tenía sentido seguir apegada a ella.
Sé que muchas aplicaciones y funciones online están vinculadas a Facebook y limitadas, por tanto, a sus usuarios, pero sinceramente, es algo que de momento ni me preocupa ni me ha ocasionado (al menos de momento) molestia alguna. No echo de menos Facebook, y aunque solo he tomado la decisión de desactivar temporalmente mi cuenta, no creo que de momento vaya a volver.
Lo que sí echo de menos, y lo llevo haciendo desde hace varios años, es este blog. Sentía que ya no tenía nada interesante que contar o compartir, mayormente porque cuando lo tenía, lo decía y compartía en redes sociales como Facebook y Twitter. Parecía que al irlo descuidando también iba perdiendo mi derecho a escribir en él, como si ya no tuviera sentido volver, hasta que recordé que este blog es ante todo mi propio espacio, creado para mí y que aunque preferiría que no fuera solo mío, me he dado cuenta de que prefiero que sea eso a que desaparezca.
Quizás por eso, aparejado a mi deseo de abandonar Facebook, vino otro, el de reactivar este blog, aunque solo sea para poder expresarme y tener un lugar propio en este enorme océano que es internet, alejado del bullicio y la inmediatez de las redes sociales.
Así que ahora, si quieres pasaros por aquí, me veréis de vez en cuando. Reorganizaré el blog, que ha quedado algo desfasado, y probablemente me anime (por fin) a hacer la migración a WordPress y tener un dominio propio, para poder empezar de nuevo este proyecto que nunca debí haber abandonado.

2

Con este manido meme se me ocurrió a mí anteayer ir avisando a los atedeístas en la página oficial de mi novela que el segundo volumen "se acerca" (XDD). Aún desconozco la fecha de lanzamiento (para ruegos y preguntas, dirigirse a Ediciones Babylon) pero sé (espero) que será en breve.
Mientras tanto, y para ir caldeando el ambiente, mis queridísimos atedeístas han ido creando sus propios memes para pedir la publicación del segundo volumen. No tienen desperdicio. Aquí os los dejo.

A colación  de este último meme, os garantizo que la respuesta (en mi humilde opinión) es que sí. Incluso puede que hasta sea mejor. Ahí va, en primicia, un adelanto de la misma

4

Anonada me he quedado al constatar que no hay en mi blog una sola entrada en el año 2015, lo cual no debería constituir una sorpresa: las entradas (que yo sepa) aún no se escriben solas (la tecnología de Blogger tiene mucho que mejorar XDDDD).
Supongo que siendo este el blog de una "escritora aficionada" que lleva en el dique seco (si descontamos un fic escrito a trompicones) un año y medio, a veces parece que no tengo de qué hablar aquí.
Empecé este blog como instrumento para promocionarme como escritora y Frikie hace años, cuando las redes sociales no estaban tan de moda (¿recordáis la vida cuando no había Facebook?), ahora mismo que no estoy escribiendo nada, este blog parece haber quedado carente de significado.
Sin embargo, me resisto a que sea así. Sé que es más fácil escribir tus opiniones en el microblogging de Twitter o compartirlas en Facebook, ¿para qué molestarse en escribir un blog? Además, los blogs parecen reservados para temáticas concretas (blogs de reseñas literarias, de series, de maquillaje, de moda, de ciencia, de cine...) pero yo me niego a hacer un blog que trate SOLO un tema, porque mis intereses son eclécticos, así que al final, no escribo nada porque creo que a nadie le va a interesar un blog así.
Sin embargo, al pensar de esa manera, he olvidado algo muy importante: que este es mi espacio personal, y que no debería importarme si a muchos o a pocos les interesa leer mis opiniones o intereses, porque lo que está claro, es que a mucha menos gente le interesará leer un blog sin actualizar.
Así que me he propuesto retomar el blog. ¿Hablando de qué? De lo que me parezca. ¿Me acompañáis?

6

¡¡Por fin es oficial!!
Mi novela, A través del Sexo, será publicada por Ediciones Babylon.
Me imagino que muchos de ustedes ya lo suponían, aun así, es muy especial para mí poder decirlo.
La obra será dividida en dos tomos debido a su extensión, ATDS 1 saldrá en breve, y espero que ATDS 2 no tarde demasiado.
Nunca creí (ni esperé) que mi novela llegaría tan lejos. Mi único objetivo fue escribir algo divertido que poder compartir con unos pocos lectores que disfrutaran con ella. El hecho de que esos "pocos" lectores convirtieran A través del sexo en un micro-fenómeno en internet durante años me llenó de felicidad y colmó mis más locas expectativas como autora, así que imaginad como me siento ahora mismo.
Además, publicar precisamente con Ediciones Babylon es muy especial para mí: es una editorial joven y fresca, y una de las primeras que apoyó la profesionalización de autoras de homoerótica como Nut, Laura Bartolomé, Aurora Seldon o Nisa Arce, todas grandes referentes y fuentes de inspiración para mí, Compartir editorial con ellas me llena de orgullo (aparte de que la portada que ha hecho Jorge Monreal en base a la ilustración original de Byron Lovelace Gabriel es prrrrreciosa *________*). 
A través del sexo 1 será una de las novedades de Ediciones Babylon de cara al Salón del Manga de Barcelona este año. Como casualmente estaré por allí este año (lalalala...) cualquiera que se acerque al Stand de Ediciones Babylon para comprar ATDS podrá llevárselo firmado por una servidora. Espero que en los próximos días Ediciones Babylon haga público el horario de firmas. 
Además, aprovecho para recordar que Nisa Arce (la autora de Las reglas del Juego) y yo estamos organizando un FanMeeting en el Salón del Manga, seguramente el sábado por la noche, aún estáis a tiempo de apuntaros.
No tengo muchos más detalles que darles. Sé que en breve  saldrá a la venta en la tienda online de la editorial, tanto en formato físico (en papel) como en ebook, y que también se podrán conseguir ejemplares firmados en la tienda online. Os iré dando detalles acerca de fechas concretas y precios en cuanto los tenga.
Me alegra muchísimo poder compartir esta noticia tan especial con todos vosotros. Espero que os haga casi tan feliz como a mí.
Os adjunto aquí la nota de Ediciones Babylon. Gracias por todo!

Novedad novela: A través del sexo libro 1

¡Hola a todos!
Sabemos que muchos lectores estaban esperando la noticia que hoy os damos… Y es que otra de nuestras novedades para el XX Salón del Manga de Barcelona es el primer volumen de la que es una de las novelas más populares entre los lectores de homoerótica, la cual consiguió en Internet miles de lectores. Nos referimos a A través del sexo, de Nayra Ginory.
novela a traves del sexo 1 nayra ginory ediciones babylon Novedad novela: A través del sexo libro 1
Sinopsis:
En su primera salida nocturna a un local de ambiente, Noah conoce a David, que le arrastra a la pasión y el amor, pero a medida que va madurando y descubriendo que el mundo no funciona a base de idealismos románticos, ¿descubrirá también que del amor no se puede escapar a través del sexo?
Una obra que ha marcado un antes y un después en el panorama de la novela homoerótica en español, y que será publicada en un total de dos volúmenes.
Dentro de muy poco estará disponible en nuestra web en papel y en eBook, y también en papel en el stand en el Salón del Manga. Por cierto, si vais a asistir al evento, no nos perdáis de vista, que tenemos un par de cosillas relacionadas con el Salón y esta novela…
Ficha técnica:
Título: A través del sexo, libro 1
Número de volúmenes: 2 (el número 2 será publicado próximamente)
Género: romance, homoerótico
Número de páginas: 458
Tamaño: 23,5 x 15,3 cm