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Indignación ciudadana VII: Mailing a los eurodiputados en contra del pacto del euro

Bonita iniciativa la que he encontrado en Twitter gracias a DRYAsturies, pues han puesto en marcha la iniciativa de mandar mails masivos a los eurodiputados para expresar nuestro desacuerdo con el pacto del euro. Les dejo aquí el contenido de dicho email, para saber cómo enviarlo, pica aquí:
«Estimad/o Sr./Sra. parlamentario/a:
Me pongo en contacto con usted en relación a la votación los próximos  días 23 y 24 de junio en el Parlamento Europeo del paquete de medidas económicas que han sido definidas como el Pacto del Euro. Invocando a su responsabilidad no sólo para con sus votantes sino también para con todo el conjunto de la ciudadanía, querría transmitirle mis inquietudes.
Quiero hacerle saber que estoy en desacuerdo total con dicho pacto, ya que olvida lo más fundamental e importante: La política económica debe estar al servicio de la ciudadanía y no al contrario.
Usted fue elegido para representar los intereses de los ciudadanos en este Parlamento . Si realmente quiere cumplir dicha labor, la mejor forma es no apoyar el Pacto del Euro, por los siguientes motivos:
  • Los retrasos en la edad de jubilación suponen una pérdida de derechos adquiridos por los ciudadanos europeos durante décadas
    con gran coste y sacrificio personal y social. Y dichos retrasos resultan inconcebibles máxime cuando por ejemplo en España, tenemos una tasa de paro juvenil superior al  40%. Los fondos públicos de pensiones no corren riesgo de momento, y entendemos que el  esfuerzo debería centrarse en la recuperación del empleo más que en  reducir las pensiones, lo que desde un punto de vista de elemental justicia social no puede ser aceptable, al condenar a las futuras generaciones a una vejez en la miseria.
  • Moderar aún más los salarios de millones de empleados  públicos, cuando por ejemplo España tiene uno de los salarios mínimos más bajos de la UE. Entendemos que esta medida solamente puede seguir contrayendo el gasto, reduciendo el consumo interno y llevando al cierre de más PYMES, auténtico motor de nuestra economía.
  • Entendemos que las recomendaciones sobre el incremento de los impuestos  indirectos en detrimento de los impuestos directos, mucho más  progresivos fiscalmente, traslada a las clases medias y populares el esfuerzo fiscal, mientras no se pone el énfasis necesario en acabar con los paraísos fiscales, SICAVS, u otros  mecanismos de evasión masiva de impuestos.
  • El establecimiento de un techo de déficit público a través de  la Constitución y de las leyes nacionales, así como la aprobación  anterior de los presupuestos generales de los estados miembros de la UEM  por parte de organismos comunitarios, puede suponer una medida que atente contra el equilibrio, la justicia social y la búsqueda de la equidad de todos los ciudadanos comunitarios, al ignorar situaciones concretas que tal vez requieran cierta flexibilidad en su aplicación. Entendemos que las consecuencias de una mala gestión por parte de los políticos nacionales -con independencia de su responsabilidad política o personal- nunca se pueden trasladar al conjunto de la ciudadanía en contra del espíritu de los Tratados sobre los que se cimienta la Unión Europea.
  • En cualquier negocio dentro de un libre mercado, las  inversiones pueden salir bien o salir mal, y el empresario debe aceptar  sus resultados. En cambio, se está dando un injusto trato de favor a la  banca, obligando a los Estados miembros a interferir en el libre mercado,  tan defendido en otras ocasiones, para “salvar” a aquellas entidades financieras que han sido gestionadas de forma irresponsable. ¿Por qué no se destinan esos mismos fondos a  fomentar el I+D+i o a ayudar a los pequeños empresarios?. Entendemos que las consecuencias por la mala gestión de cualquier entidad financiera deberían ser asumidas en su integridad por los responsables de la misma, sin que la excusa de salvaguarda del equilibrio del sistema financiero sirva de coartada para eludir y diluir esa responsabilidad, garantizando la impunidad de los verdaderos responsables y trasladando injustamente sus consecuencias al conjunto de la ciudadanía. El Pacto del  Euro en este sentido defiende algo totalmente falto de ética y  sensibilidad social.
Le agradezco de antemano su atención prestada.
Sin otro particular, reiterar mi apelación a su personal responsabilidad no sólo para con sus votantes, sino también para con todo el conjunto de la ciudadanía, para pedirle que se oponga a dicho pacto. Apelo a su conciencia, y espero que recuerde las consecuencias del  Pacto que enumero arriba cuando llegue la hora de la votación.
Un saludo.»

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