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Incluso antes de abrir los ojos lo percibo: este jodido dolor de cabeza. La pulsante presión en mis sienes, la enloquecedora tensión que me atenaza la base del cráneo, el intenso vértigo que me domina cuando, todo lo lentamente que puedo, me siento en la cama.
Mi mente va a estallar, como si una gigante llave inglesa se estuviera cerrando sobre mis huesos temporales, y por un instante, deseo que eso ocurra, que mi cabeza explote, que salpique de sangre el suelo y las paredes, las blancas sábanas sobre las que me siento y el camisón de satén de la mujer que, aún dormida, comparte la cama conmigo. Que acabe, que pare el dolor.
Como si quisiera acelerar el proceso, coloco mis puños en los extremos de mi frente y apreto con fuerza. Durante un magnífico segundo el dolor cede, mi cuello se relaja y lo único que siento es el latido de mis venas contra mis nudillos, pero en cuanto aflojo la presión el dolor vuelve con renovada furia. Me levanto despacio.
No enciendo la luz cuando entro en el baño. Me lavo la cara a oscuras, con agua muy fría, y pongo las palmas empapadas sobre la nuca. La nariz me chorrea agua, mocos, lágrimas. Apoyo la frente contra el espejo y, en la grisácea mañana de esta primavera que parece no llegar nunca, solo puedo distinguir algunos de mis rasgos: mi ceño fruncido, mis ojos llorosos, mi rictus de dolor.
Cuando sobre mí el fluorescente se enciende con un estallido, cierro los ojos con fuerza y lanzo un reniego. La luz, fría y azul, atraviesa mis párpados, recorre mi nervio óptico y taladra mi cerebro. Ella hace pis a mi lado, la oigo bostezar. Entreabro los ojos brevemente y la veo: las bragas en los tobillos, el camisón en los muslos, limpiándose el culo con aire soñoliento. Se levanta y pone una mano sobre mi hombro. «¿Te duele la cabeza?», la oigo preguntar. Ni siquiera tengo fuerzas para asentir.
La luz se apaga. Estoy solo de nuevo, a oscuras y a merced de ese monstruo que, de cuando en cuando, se sienta sobre mis hombros. Me masajeo los trapecios. Me froto las cervicales. Intento pegar la barbilla al pecho, pero mi cuello protesta y vuelvo a levantarla.
Debería estar acostumbrado, asumir las jaquecas con entereza, integrarlas decididamente en mi vida, no quejarme. Pero la resignación tiene el amargo regusto de la derrota, y yo siempre he sido un ganador.
Entonces lo oigo: el paso apresurado que se dirige a mi habitación, dos rápidos toques en la puerta, la decidida irrupción en la estancia. Antes de que el hombre trajeado que acaba de entrar se dirija a mí, ya sé qué va a decirme.
Le escucho a medias, mientras cierro la bata alrededor de mi cuerpo con un laxo nudo. Las palabras «objetivo», «operación», «misil» y «órdenes» llegan a mi desastrado cerebro. «Debe tomar una decisión», concluye.
Esbozo la primera sonrisa del día, ladeada, levemente agria. Esa decisión la tomé hace mucho tiempo. «Proceda, general», digo impertérrito, escondiendo mi debilidad tras una hierática expresión. El hombre me mira con sorpresa durante la décima de segundo que tarda en controlar su expresión. Quizás, pensaba que yo no sería capaz, de hacerlo, y menos con tanta calma.
No es calma lo que siento, idiota, es dolor, es enfado, es frustración. En días como este, no me importa lo que le pase al mundo.
El hombre asiente y se va. Yo me dispongo a vestirme para supervisar los eventos del día. Sé lo que se espera de mí y nada podrá pararme.
Ni siquiera este jodido dolor de cabeza.

Me entregué con devoción a la tarea: me senté con las piernas cruzadas, apoyé las manos sobre mis muslos, dejando las palmas laxas, y cerré los ojos. Inspiré, espiré, varias veces, dejando que el vacío tomara mi mente, intentando parar el torbellino de ideas que bullía en mi cabeza. 
Sabía que era fútil dejarme llevaron mis sentimientos en aquel momento, recrearme en ellos, preocuparme por cosas del pasado que no podía cambiar, ni por eventos de un futuro aún no materializado, así que dejé de luchar contra ellos, me alejé, y los observé desde una prudencial distancia.
Pude reconocer mi ira, una masa carmesí, pulsante, en una constante amenaza de expandirse y ocuparlo todo, pero levanté un muro entre ella y yo. Pude observar mi miedo, una sombra azul acurrucada contra una esquina. Levantó un instante la cabeza para animarme a unirme a él, pero yo preferí mirar para otro lado. Pude admirar la inmensidad de mi dolor, una ominosa forma negra y viscosa, que envenenaba con pegajosas manchas oscuras todo lo que había a su alrededor, pero no dejé que se me acercara.
Más allá de los confines de mi mente, mi cuerpo físico seguía respirando, incansablemente. Me elevé, centrándome solo en la sensación del aire invadiendo mis fosas nasales, contrayendo mi diafragma, expandiendo mi abdomen y escapándose en forma de silenciosos suspiros que acariciaban mi lengua al salir. Incliné la barbilla sobre el pecho y me centré en el aquí y el ahora, apartando de mi ser todo aquello que no perteneciera al presente más inmediato.
Mi mente se había convertido en un claro cielo azul. Solo oía el leve murmullo del viento entre árboles que no podía ver. Mi cuerpo se asentaba firmemente en la madre tierra mientras que mi cabeza se elevaba hacia el firmamento. Me recreé en la contemplación mental de ese imperturbable e infinito manto de paz que se sostenía gracias a la determinación con la que mi respiración se mantenía contante. 
Un rápido pensamiento cruzó mi mente, un rostro hostil, un grito de dolor; pero no permití que mi mente explorara ese recuerdo, de la misma manera que no permitiría que mis ojos abandonaran la contemplación del cielo para seguir el vuelo de una golondrina.
Otras golondrinas siguieron a la primera: una era una idea acerca de lo que podría haber hecho, otra un recuerdo de lo que había ocurrido, la tercera, un temor de lo que quedaba por venir; a todas las ignoré, dejando que cruzaran mi cielo mental y siguieran su silencioso vuelo, hasta volver a perderse más allá de los confines de mi propia mente.
La cuarta tenía una marca de fuego. Cruzó el cielo dejando tras ella una estela negra como la muerte, antes de interrumpir su vuelo para empezar a caer. En llamas. Gritaba mientras se precipitaba y mi ojo mental la siguió, horrorizado, mientras los restos de su cuerpo carbonizado caían antes mis pies.
Abrí los ojos.
La madre tierra estaba húmeda bajo mi piel, mohosa y hedionda. La oscuridad imperante solo era contrarrestada por la humilde llamita de una vela de cebo, que estaba a punto de consumirse y el único sonido en la estancia lo hacía la rata que roía las mugrientas mantas que hacían de jergón. Las paredes a mi alrededor eran oscuras y lóbregas, y no había el más mínimo resquicio que me permitiera ver la luz del sol, pero sabía que el amanecer estaba cerca. En breve vendrían a buscarme.
Y entonces sería yo quien estallaría en llamas y gritaría, bajo un claro cielo azul.

Quizás las cosas que más daño nos hacen son aquellas que no duelen mucho, las que trabajan poco a poco y soterradamente para hacernos enloquecer. O al menos era lo que pensaba yo mientras sostenía mi arma ensangrentada.
Indudablemente, a ELLA le había dolido el golpe, y ahora, los restos marchitos de su descuidado cuerpo yacían ante mí, impávidos y orgullosos, como queriendo ser ajenos a mis actos y mis sentimientos; sin embargo, yo no podía dejar de pensar, quizás estúpidamente, que la víctima era yo.
Tardé mucho tiempo en darme cuenta de su mera presencia me hacía daño. Quizás no lo hacía adrede, quizás ni siquiera era consciente de ello, pero sus aparentemente inofensivas exigencias, cumplidas por mí con absoluta diligencia y entrega, servían tanto para salvaguardarla a ELLA como para destrozarme a mí. 
La había protegido con un empeño enfermizo de cualquier cosa que pudiera hacerle daño: la luz, la exposición, la vida... A la vez que me convertía en su baluarte, su mundo y su único alimento, sin darme cuenta de que eso me confinaba a un mundo que me alejaba de cosas que para mí eran vitales. Pensamientos de una amargada y doliente naturaleza se fueron adueñando de mi mente, royendo mi autoconfianza, mi alegría, mi cordura, embadurnándolo todo de una tristeza viscosa y densa que flotaba a mi alrededor y me ocultaba del mundo. En medio de toda esa bruma, la absoluta certeza de que ELLA se crecía gracias a mi angustia y se alimentaba con la desesperación que saboreaba en mi sangre, me dio la fuerza suficiente para enfrentarla por primera vez.
Con un movimiento brusco, descorrí los pesados cortinajes y dejé que la luz del sol inundara la estancia y disipara los últimos jirones de confusión que nublaban mi juicio. Me embebí en la luz, largamente añorada, dejando que el calor del sol entibiara mi piel hasta que sentí cómo escocía. En aquel breve, victorioso instante, saboreé lo que mi vida podría ser si no estuviese sometida al influjo de aquella criatura de la oscuridad. Sin embargo, al escuchar leves sonidos de vida tras de mí, no pude evitar sentir cierto alivio.
ELLA se retorcía en el suelo, se agitaba mientras sus marchitos miembros volvían a la parodia de vida que siempre habían representado. Por un instante, la volátil esperanza de que el mazazo recibido la persuadiría de deshacerse voluntariamente de mí, asaltó mi vapuleada consciencia, pero por la manera en la que sus exigentes garras se dirigían hacia mí, me convencí de que tal cosa jamás ocurriría.
En ese momento, confieso que pensé en huir, alejarme de ELLA y no mirar atrás, pero mientras veía cómo su cuerpo luchaba con patetismo por erguirse de nuevo en medio de sus podridos ropajes negros, deseché la idea. A pesar de todo, la quería.
Cerré los cortinajes, protegiéndola de la luz, y ELLA avanzó hacia mí, implacable. Dejé caer mi arma al suelo, y rendido, la dejé poseerme y alimentarse de mí, mientras dejaba que mi mente cayera, para siempre, en el abismo.

Hola a todos!
De nuevo les traigo un capítulo de #UNEES, espero que lo disfruten!
Como Rosa Petrea y yo estamos este mes metidas en esta locura del NaNoWriMo, no habrá más capítulos hasta diciembre.
Como siempre, pueden descargar el capítulo en EpubMobi y PDF.
Para leer/descargar capítulos anteriores, pueden ir aquí
Sin más, les dejo con el capítulo y la ilustración correspondiente.

Aquí les traigo el capítulo semanal de #UNEES, el último antes de mi (más que merecido) descanso estival (también descanso de las actualizaciones). Volveré con más fuerzas y más capítulos que compartir.
Como siempre pueden leer el capítulo aquí, en Wattpad, AmorYaoi o AO3, o descargar desde 4Shared en EpubMobi o PDF.
Espero vuestros comentarios en la página de ATDS o en Twitter con el Hashtag #UNEES.
A partir del 21 de julio habrá nuevos adelantos del capítulo 8, que publicaré el 26 de Julio, hasta entonces... Feliz Verano!

Nueva semana, nuevo capítulo!
Qué les puedo decir que no sepan ya? Comentad el capítulo aquí, en redes sociales, donde quieran. 
Pueden descargar los capítulos desde 4Shared en Epub, Mobi o PDF, leer aquí, en Sbribd, en AmorYaoi, en Wattpad o en AO3.
En la página de #UNEES de este blog tienen toda la info necesaria sobre el fic. Quizás en breve les traiga nuevas noticias!
Recuerden que a partir del lunes habrá adelantos del capítulo 7 (7 ya, madre mía!), publicados en la página de #ATDS y en mi cuenta de Twitter.
Sin más, les dejo con el capítulo. 

¡Hola a todos! De nuevo os traigo un capi de "Una noche en el Sodoma" el fanfic que estoy escribiendo.
Como siempre, espero vuestros comentarios en la página de ATDS y en Twitter con el Hashtag #UNEES
Podéis descargar el capítulo desde 4Shared en formatos Epub, Mobi y PDF. También pueden leer en Wattpad, AmorYaoi y AO3 o aquí mismo, en mi blog.
Para leer/descargar capítulos anteriores pueden visitar la página de UNEES.
Hasta la semana que viene! ^_^
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Con retraso de una semana, por razones técnicas ajenas a mi voluntad, viene el capítulo 4 de #UNEES.
Casi se puede decir que ha terminado ya la introducción de la historia y entramos en materia, ya que todas las tramas principales están ya perfiladas. De todas formas, aún quedan muchos personajes por aparecer en el Sodoma!
Espero que disfruten este nuevo capítulo. Como siempre pueden leer aquí o descargar en  EpubMobi y PDF. Espero sus comentarios aquí, en la página de Facebook de ATDS y en Twitter con el hashtag #UNEES,
Para leer/descargar los capítulos anteriores pueden ir aquí.

2

Y ya van tres!!
Gracias a todos los que estáis siguiendo esta loca, loca historia, incluso aquellos que no conocen a todos los personajes que aparecen en ella!
Por eso voy a poner aquí la info sobre las novelas madre de #UNEES, donde leerlas y/o comprarlas.
Susurro de besos, de Laura Bartolomé:
Marc y Samuel son compañeros de cuarto en una residencia universitaria.
Samuel es un chico con muy baja autoestima: tímido, reservado, melancólico y atormentado por la muerte de su madre y la mala relación con su padre.
Marc, en cambio, es simpático, alegre, divertido y bromista, y se desvive por hacer sonreír a Samuel.
Sin embargo, ambos guardan un secreto que los atormenta: son homosexuales y están enamorados el uno del otro sin saberlo.
Para leer gratis los primeros capítulos de la novela.
Para comprar.

Las reglas del juego, de Nisa Arce:
Tras llevar toda la vida dedicado al fútbol, Dani se encuentra en su mejor momento deportivo: se le considera uno de los defensas más destacados del mundo, cuenta con un palmarés envidiable y su trayectoria como jugador y capitán de su equipo es intachable. Sin embargo, no puede afirmar lo mismo en el plano personal...
La llegada del nuevo fichaje estrella del club, el delantero argentino Mateo Vicovic, hará que su vida cambie dentro y fuera de los terrenos de juego para siempre, cuando pone en riesgo su carrera por algo que nunca creyó que llegaría a experimentar: el amor
Las reglas del juego. Libro 1, es la primera entrega de una saga que te hará plantearte hasta qué punto los tabúes sociales se imponen en el competitivo y complejo mundo del deporte profesional.
Primera entrega de una saga. 
Para leer gratis todos los capítulos de la novela (va por la segunda parte).
Para comprar.

Juegos de seducción, de Nut:
Karel Berenson es un publicista de La Gran Manzana. Serio, profesional, con un futuro prometedor y una vida satisfactoria junto a su novia.
Noel Lean es un modelo de moda en Estados Unidos. Atractivo, carismático, un seductor empedernido deseado por hombres y mujeres.
Ambos, perfectos desconocidos, tienen un encuentro fortuito que se convertirá en el punto de partida de una difícil relación sentimental, de la que Karel intentará huir una y otra vez por el terror que le inspira enamorarse, pero en la que finalmente caerá, subyugado por la pasión de Noel.
Será entonces cuando comience realmente la lucha de ambos por afianzar sus incipientes sentimientos...
Para leer gratis todos los capítulos de la novela (va por la segunda parte).
Para comprar.

Juegos de amor, de Nut:
Morgan y Kato son diferentes, opuestos como la noche y el día. Nueva York será el tablero, y ellos mismos las fichas que, como en una partida al juego japonés del Go, habrán de desplegar en la dura batalla por mantener a flote su compleja historia de amor. ¿Podrá su relación sobrevivir a las desavenencias, sus respectivos pasados familiares y, sobre todo, a ellos mismos?
Con esta novela dedicada íntegramente a dos de los personajes más queridos por los lectores de Juegos de seducción, Nut pone el punto final a esta obra cumbre del género homoerótico, con la que se ha ganado la admiración de miles de lectores de todos los rincones del planeta.
Esta novela es la continuación y final de la saga Juegos de seducción.
Para leer gratis todos los capítulos de la novela (va por la segunda parte).
Para comprar.

Cuarto Oscuro, de Mavya:
Mad es un famoso genio arquitecto que decide dedicarse a la fotografía, ayudando así a su hermana mayor a dar a conocer su marca de ropa. Todos lo creen algo loco por sus gustos extravagates y su personalidad caprichosa.

Ariel es un chico sencillo y tímido que, tratando de sobrellevar su situación familiar y su soledad, trabaja como modelo para la tienda de ropa de la hermana de Mad.

Juntos encontrarán el uno en el otro el bálsamo que buscaban, comenzando una particular relación, aun con los obstaculos que se presentan. Entre ellos, una diferencia de nueve años de edad, su reputación, y pretendientes no correrpondidos.

Blognovela, se puede leer aquí.

Punto de quiebre, de Aurora Seldon.
Punto de Quiebre transcurre en Lima, Perú, en octubre del 2006, cuando Luigi Scarletti, periodista de investigación, regresa de Italia luego de doce años de ausencia, temiendo reencontrarse con su primer novio, Santiago de Souza, quien es ahora un importante empresario.

La relación de Luigi y Santiago se inició en la universidad, cuando ambos tenían diecinueve años, y terminó a los veintidós, a causa del empeño de Santiago de mantenerlo todo en secreto.

Durante la ausencia de Luigi, Santiago llevó una doble vida, aparentando ser heterosexual para todos sus amigos, pero aprovechando sus viajes al extranjero para mostrar su verdadera opción sexual.
Cuando Luigi regresa, Santiago está a punto de casarse con Déborah Amézaga, modelo e hija del dueño del canal de televisión donde el periodista trabajará.
Es inevitable que el encuentro se produzca y las cosas se salen de control. ¿Decidirá Santiago dejar de ocultarse y cancelar una boda que lo hará infeliz?

Desafortunadamente, desconozco si esta novela está disponible actualmente. Estuvo un tiempo alojada en Lulú, donde la autora la había autoeditado. Posteriormente, fue publicada por Eldalie, una editorial ya extinta. Espero que Aurora haya podido recuperar los derechos sobre su obra, pero no tengo constancia de que haya vuelto a publicarla en cualquier otro medio. Una pena.

A través del sexo, de mí misma XDD
Ya sé que igual no hace falta que lo diga, pero...

En su primera salida a un bar de ambiente, Noah conoce a un hombre que le arrastra a la pasión y el amor, pero a medida que va madurando y descubriendo que el mundo no funciona a base de idealismos románticos, ¿descubrirá también que del amor no se puede escapar a través del sexo?

Para leer en wattpad, en amoryaoi, para leer/descargar los capítulos.

Como siempre, pueden comentar el capítulo en la página de ATDS, o en Twitter, con el hashtag #UNEES.
Para leer/descargar los capítulos anteriores, pueden ir a la página de Una noche en el Sodoma, en este mismo blog. 
Pica para descargar el capítulo en Epub, Mobi, PDF
Sin más, os dejo con el capítulo
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De nuevo os traigo un nuevo capítulo de esta locura que es Una noche en el Sodoma
Os recuerdo que esta historia es un fanfic, es decir, la historia es mía (basada en el prólogo, que escribió Arsénico a modo de Fanfiction de ATDS y Susurro de besos) pero los personajes (salvo los de ATDS, obviamente) no son míos.
Esto lo comento porque una de mis lectoras de Wattpad pareció preocuparse de que alguien pueda considerar como plagio mi historia. Supongo que casi todos estáis familiarizados con el concepto de Fanfic, así que pocas más explicaciones al respecto se pueden hacer. De todas maneras, si alguna de las "propietarias" de los personajes que salen en mi historia siente ofensa en sus derechos de autor, se puede sentir libre para comunicármelo, pero estoy bastante segura de que notarán que esta historia no es más que un homenaje cariñoso hacia todas ellas.
Sin más, os dejo con el capítulo. Como siempre, para leer/descargar los capítulos, ir a la página de UNEES
Hasta la semana que viene! ^_^